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Casos de éxito

Nuevo producto revoluciona el mercado
Los creadores del ya famoso Chocoarroz vuelven al ruedo con un nuevo producto con el que esperan revolucionar el tradicional mercado de los alfajores. Tras vender a Molinos Río de la Plata su marca insignia Chocoarroz, con la cual introdujo una nueva categoría (alfajores de arroz a un mercado tradicional en base a galletitas), la familia Grodzki está por lanzar un alfajor de categoría premium, bajo el nombre My Urban, pero a un precio más accesible, con el que espera pelear el mercado a los productos de Havanna y Cachafaz, entre los de mayor calidad y costo, pero también, por costo, a los de precio medio.
Se consumen de 5 a 7 millones de alfajores por día en el país. Los de arroz captan el 5% del total. Del restante 95%, sólo un 5% son premium, con marcas como Havanna y Cachafaz, con un costo de $ 7 a $ 9 por unidad. La empresa prevé captar con My Urban, en dos versiones (relleno de dulce de leche, cubierto chocolate blanco o negro) de 4% a 5% del negocio de los alfajores hacia fin de año.
Para bajar los costos, My Urban Food cerró una alianza estratégica con un fabricante de maquinaria nacional, con el que trabajaron para diseñar una tecnología para producir alfajores de forma automatizada, donde entran las materias primas y sale el producto final. “Así logramos bajar el costo pese a tener materias primas de alta calidad, porque del 60% a 70% del costo corresponden a mano de obra.
Por año, se estima que se venden unos 1.500 millones de alfajores, en un mercado de más de $ 7.000 millones. Los alfajores aportan casi el 50% de las ventas de kioscos y el 50% del chocolate que se consume en el país es en cobertura de alfajores; sólo el 20% se usa en tabletas.
De un simple alfajor a una gran empresa
El "caso Havanna" y la estrategia que siguió para alcanzar el éxito. Havanna es una de las firmas nacionales más emblemáticas y una verdadera líder en su rubro. Su oferta se centra en un producto estrella: los alfajores, pero las posibilidades van mucho más allá y también se pueden conseguir en sus locales havannets, dulce de leche y todo tipo de chocolates, además de los infaltables cafés. De hecho, estos últimos tuvieron un rol clave en el despegue e internacionalización de la empresa, que pasó de ser un ícono marplatense a una verdadera embajadora de Argentina.
Una de las claves del éxito de la compañía fue mantenerse fiel a lo que la hacía única. Y, en este sentido, Mar del Plata es parte esencial de su ADN. Por eso, la empresa sigue produciendo en esa ciudad costera y trata de tener todos proveedores argentinos.
Desde sus inicios en la costa, Havanna logró consolidarse con una función principal que es, además de la de ser un "dulce placer", la de ser un obsequio. De hecho, es la primera opción de regalería para los viajeros que visitan Mar del Plata.
"Al principio, quisieron poner un negocio que sea solamente de Havanna, pero no había suficiente público. No les iba bien. Y con el esquema de negocios de delicatessen -donde comercializaban cosas importadas y de la compañía- vendían, pero vendían tres cajas de alfajores por mes porque era un producto más entre 300", revela Aurich, quien resalta que "la solución se logró gracias a ese mix de la cafetería con el producto".
Las cinco claves para el éxito:
1. Cuidar a mansalva la calidad.
2. Hacer las cosas bien.
3. Conocer y reconocer (dos conceptos que hacen que el público quiera probar el lanzamiento de cada nuevo producto, y tenga orgullo de que sea argentino).
4. Generar credibilidad del consumidor en la marca.
5. Creer en lo que uno hace.
Alfajores La Quinta sube 50% su producción
Con una inversión de $4 millones, esta empresa cordobesa podrá fabricar 12 mil docenas diarias de unidades. Aumentará la cantidad de alfajores y lanzará un nueva línea de galletas, con la que pretende ingresar en supermercados. “Regalar alfajores cordobeses es obsequiar un pedacito de las sierras de Córdoba”, indicó Luciano Livetti, uno de los dueños de Alfajores La Quinta, al revelar la “mística” que la empresa decide preservar a la hora de elaborar y comercializar su producto.
Bajo esta premisa que le dio vida a la marca hace 39 años, Alfajores La Quinta distribuye sus delicias mediante una cadena de locales ubicados en los principales puntos turísticos de la provincia, que entre propios y franquiciados suman 15 puntos de venta.
Con la idea de continuar esparciendo la cultura del alfajor regional que nos identifica como cordobeses, la marca ha puesto en marcha un plan de expansión con el que aspira a aumentar 50% su producción. En la actualidad elabora ocho mil docenas diarias y a partir de la incorporación de nuevas maquinarias, que se pondrán en marcha en marzo próximo, la empresa tendrá capacidad para producir 12 mil unidades. “El objetivo no es sólo aumentar el volúmen de alfajores sino lanzar nuevas líneas de productos, como galletas y otros panificados”, precisó Livetti. Éstos serían no sólo comercializados en la cadena propia de la marca sino también en las grandes superficies comerciales. La inversión que se llevó a cabo a lo largo de tres años, que demandó cerca de cuatro millones de pesos, consistió en el armado de hornos túneles de 36 metros de largo por cuatro de ancho, más una cinta transportadora que mide 76 metros. Junto a la posibilidad de aumentar la capacidad productiva, la apuesta permite reducir los costos de fabricación. La tecnología se montará en su actual planta de 2.800 metros cubiertos, ubicada en un terreno de 4.000 m2 localizado en Ruta 38 esquina Monteagudo, camino a Estancia Vieja. Estas instalaciones, sumadas a los puntos de venta, emplean a 112 trabajadores.