El 25 de Mayo de 2010 se conmemoró el bicentenario argentino. La arquitectura nacional desde sus inicios hasta la actualidad. Visitalas

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INFORME ESPECIAL
ARQUITECTURA EN BRASIL

”La solución natural es la curva, presente en todo, en el razonamiento, en el universo, en la democracia y en la vida”

OSCAR NIEMEYER

La recuperación de la democracia encontró a la cultura arquitectónica, con pocas excepciones, vaciada de contenidos y con su joven generación aniquilada. Por añadidura, la clausura de la crítica por el terror había consolidado el paradigma profesionalista, los límites de cuyo campo se habían reducido más aún como consecuencia del proceso de concentración del capital, en contrate con una demanda cada vez más restringida. Con la Dictadura Militar había culminado también una parte del sistema de ideas del modernismo que vinculaba formas y contenidos de la nueva arquitectura a la realización de programas de alcance social y envergadura colectiva. Por otra parte las transformaciones que experimentó el país a lo largo de las dos últimas décadas del siglo XX fueron resultado de una reestructuración general del capitalismo en todo el mundo. La arquitectura argentina en la década del '90 comenzó llena de un fuerte pragmatismo que dejo de lado el rigor de tendencias e ideologías. La eclosión constructiva se percibe en el auge de los shoppings, el desarrollo del área de Puerto Madero y en los nuevos edificios de propiedad horizontal' y oficinas que definen un nuevo skyline para Buenos Aires. Si bien no es posible establecer parámetros estilísticos generales, la arquitectura argentina en su conjunto parece haber producido una síntesis entre modernidad, posmodernidad y regionalismo. Como asignatura pendiente debemos señalar la falta de planeamiento urbano que afecto a Buenos Aires, una de las grandes metrópolis del mundo. Sus consecuencias más negativas son la improvisación, las excepciones a los códigos, la falta de reglas en cuanto al crecimiento de la ciudad, el avance sobre espacios verdes y áreas costeras.

Uno de los hechos sobresalientes de último tiempo es la inauguración -tras tantos años de espera- de la Biblioteca Nacional, proyecto de los arquitectos Clorindo Testa, Francisco Bullrich y Alicia Cazzaniga de Bullrich, ganadores del concurso de proyectos respectivo, allá por 1962. El hormigón "brutalista" a la vista, la ausencia de todo referente histórico y la innovadora idea de proponer la sala de lectura sobreelevada y los depósitos enterrados son las características más significativas de esta polémica obra. Con defensores y detractores, la Biblioteca Nacional es uno de los edificios que más sorprende a quienes visitan Buenos Aires.

Pero si la Biblioteca demoró más de 20 años en construirse, sorprende la velocidad con que avanzan las obras del Buenos Aires Design Center, reciclaje del antiguo Asilo de Ancianos de la Recoleta, vecino al Centro Cultural y a la iglesia del Pilar. BADG es un mall especializado en diseño y decoración que se espera inaugurar para fin del año en curso. De nuevo Testa -esta vez asociado junto a Giselle Graci y Juan Jaime Genoud- es centro de la polémica, en este caso referida al avance de la construcción sobre el espacio verde de la Plaza Intendente Alvear.

Durante 1992 la moda/shopping parece haber alcanzado su punto más culminante: se inauguraron simultáneamente dos de ellos, respondiendo cada uno de ellos a diferentes criterios proyectuales. Galerías Pacífico ha recuperado para la ciudad un valioso ejemplo de la arquitectura de fines del siglo pasado. El interior repite todos los clisés efectistas de la arquitectura comercial, con la virtud de haber preservado los cuatro murales de la cúpula central, pintados por Lino Eneas Spilimbergo, Antonio Berni, Manuel Colmeiro, Juan Carlos Castagnino y Demetrio Urruchúa. También es acertado el hecho de haber recuperado las cuatro bóvedas acristaladas de cañón corrido como espacios circulatorios principales. Es el primer caso de un "mall" -epicentro de todo shopping- rescatado del pasado.

En otra postura, los arquitectos Raúl Lier y Alberto Tonconogy son los autores del proyecto de Paseo Alcorta, el segundo de los shopping centers inaugurados. Se trata de una obra sin tantas licencias hacia el propósito comercial, quizás más sobria y desde el punto de vista de la Arquitectura, más disciplinaria y rigurosa: volúmenes netamente definidos, diferenciación entre llenos y vacíos, claridad de lectura compositiva. Este shopping incorpora dos elementos que lo caracterizan y diferencian de sus pares de este país y del resto del mundo: la relación que se plantea con el exterior (los visitantes pueden disfrutar del entorno de Palermo Chico, mirando a través de los enormes vidriados que acompañan a las rampas peatonales) y el food-court, al aire libre, ubicado en la terraza del edificio. Otra de las áreas que dio que hablar respecto de su evolución urbanística y arquitectónica es Puerto Madero.

Primero, con el concurso nacional de ideas para definir el masterplan de estas 270 hectáreas entre el río y la ciudad, y que por ende, habrían de resolver la relación entre ambas. Estaban en juego delicadas decisiones urbanas: la ubicación de la autopista ribereña, el destino de la reserva ecológica y de los magníficos galpones ladrilleros. La modalidad del concurso (del cual participaron 100 estudios de arquitectura y en el cual se establecieron 3 primeros premios, cuyos autores habrían de trabajar mancomunadamente junto a proyectistas y planificadores urbanos de la Corporación Antiguo Puerto Madero) hizo que el resultado se viera desdibujado, o lo que es peor, permanece aún en la penumbra.

Segundo, con la realización de la mega exposición América '92, cuyo proyecto estuvo a cargo del estudio Manteola Sánchez Gómez Santos Solsona (Asociado: Salaberry). La premura de los plazos y un no muy claro objetivo (no se sabe si cultural o comercial), junto con la asociación del evento a la alicaída imagen del exintendente Grosso hicieron fracasar la exposición.

Tercero, y en lo que hasta ahora es la más feliz de las iniciativas para el área, se cuenta la adjudicación por licitación de los docks ladrilleros, que harán de Puerto Madero una zona similar a las áreas portuarias de ciudades como Liverpool, Rotterdam. y Londres. La estabilidad económica que vive la Argentina desde 1991 ha tenido como consecuencia un auge del negocio de construir, juntamente con un aumento de la demanda de oficinas y departamentos residenciales. Así, Buenos Aires, ha visto modificar su skyline con el agregado de nuevos edificios, muchos de ellos de considerable altura, que vienen a enriquecer el paisaje urbano.

En el llamado Palermo Nuevo, frente a los bosques de Palermo, se alza "Le Parc", el edificio más alto de la Argentina y de Sudamérica, con 50 pisos de alto. El proyecto pertenece a dos estudios, Mario Roberto Alvarez & Asociados y Santiago Sánchez Elía (SEPRA) Arquitectos.

Soluciones tales como las columnas apareadas o el contrapunto formal entre líneas horizontales y verticales fueron aportadas por Alvarez, mientras que Sánchez Elía propuso el sistema de encofrados deslizantes que hacen a la expresión en hormigón del edificio. La arquitectura actual, sin cuestionamientos, se pone a disposición de los planteos extraarquitectónicos. La tan proclamada autonomía de la arquitectura, se desvanece en el aire ante la primera baja de la cotización de la bolsa de valores.

La autonomía de la disciplina sólo se manifiesta en la libertad para usar las formas, los estilemas, la semántica, pero no para revisar contenidos. La arquitectura actual se siente muy cómoda musicalizando las letras de las políticas neoliberales, armando conciertos que pueden sonar en algunos casos bailanteramente posmodernos y en otros desconstructivamente dodecafónicos. Bajo este concepto, la forma actúa como contenido y la estética del edificio es un medio de comunicación que promueve al mensajero como mensaje.

Así es como esta arquitectura se viste con el traje del conservador al que le gusta bromear. Y bromea, con la seguridad de quien se siente respaldado en su transgresión. Y desvaría con juegos morfológicos, proponiendo texturas, manejando fachadas, moviendo pieles, exteriorizando libertad; libertad formal, libertad individual, libertad con firma de autor, libertad sujeta a la libertad de mercado. Esta arquitectura no se hace cargo de valores éticos y morales, actúa sin culpa. La actual arquitectura está al servicio del cliente, del mejor postor, no de la sociedad; es una arquitectura que ya no tiene actores sociales como parte de sus componentes, sino meros consumidores.