EL ARTE DE RUSIA



En esta apasionante serie de tres episodios producida por la BBC, el crítico de arte británico Andrew Graham-Dixon viaja de Kiev hasta Moscú, descubriendo el arte ruso desde la época de los íconos hasta hoy. El misterio y la grandeza del arte ruso se desvelan a través de un recorrido por el arte folk, la revolución artística de Pedro el Grande, el barroco ruso, la influencia de los "wanderers", el constructivismo o la doctrina Putin.



Episodio1.
Fuera del bosque




Andrew explora los orígenes del icono ruso, tanto como trabajo artístico como sagrado, desde sus raíces en Bizancio con el primer gran icono, Nuestra Señora de Vladimir, a las obras maestras del pintor de iconos más famoso del país, Andrei Rublev.La época medieval rusa fue terrible, aunque su arte fue brillante. Cruzando el épico paisaje ruso, Andrew decide visitar el monasterio fundado por Iván el Terrible, cuyas formas de tortura favoritas se inspiraban en el arte religioso. Pedro el Grande se convirtió en la luz de estos años "oscuros". Sorprendentemente, se inspiró en Deptford, al sur de Londres, donde había estudiado.

Episodio2.
Los caminos de la revolución




Nuestro anfitrión descubre como Rusia pasó de ser una nación feudal con privilegios aristocráticos a convertirse en la cuna de la revolución de principios del siglo XX. El arte pasó de estar al servicio del estado a ser un factor de su destrucción. De los monumentos que celebran el poder absoluto de los zares y el diseño y la construcción de palacios de oro al detalle de los minúsculos diamantes incrustados en los huevos de Fabergé o las austeras y radicales pinturas de la vanguardia. Este viaje a través de la historia del arte ruso se convierte en una sorpresa extraordinaria.

Episodio3.
Rompiendo el molde




Nos permite ahondar en la historia de la revolución política y en cómo el arte estuvo a la vanguardia del rechazo a cien años de realeza. Desde los primeros días de entusiasmo y optimismo cuando la pintura murió y el póster se hizo rey, cuando las máquinas superaron la artesanía, hasta la última etapa del realismo socialista; desde la erradicación de los retratos de Stalin, escondidos en las despensas de los museos, la transformación del metro de Moscú en una gran galería de arte pública y las más impresionantes creaciones de la posguerra según las normas comunistas.