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Guido Models al Bafici

GuidoModels

Un documental estrenado en el BAFICI retrata la odisea de Guido Fuentes, un inmigrante boliviano que entró en el mercado de la moda con chicas del asentamiento como sus estrellas. Desfiles y dilemas en el corazón de uno de los puntos más sensibles de la Ciudad

Por: Federico Fahsbender - ffahsbender@infobae.com

Hay una escena en la trama de "Guido Models" que es por lo menos ilustrativa. "Si no me baño en casa, me baño acá en la canchita", dice mientras se ríe y ve la lluvia una de las modelos, con los ruleros puestos en una suerte de carpa convertida en camarín, a metros de la cancha de fútbol de cemento cercana al playón de la Villa 31. Rodeado de sus chicas, Guido Fuentes -un inmigrante boliviano de 40 años, nacido en Tarica y criado en Cochabamba, vecino de la Villa desde hace dos décadas- les da indicaciones de cómo caminar, cómo detenerse en punta de pasarela. Fuentes mismo hizo los vestidos; compró la tela, cosió y cortó. Hay uno con la trama de colores de la bandera de Bolivia, un homenaje a su país con un mensaje de integración implícito. Es un desfile, en el marco de una festividad barrial. Fuentes lo vive como si fuese la ocasión más grande de su vida, lanza a sus chicas a que caminen. Hay poco más de cien vecinos curiosos mirando en la canchita, pero Fuentes, productor, diseñador de ropa, manager y tutor de modelos, no se acobarda. Su visión épica es una realidad.


En 2009, Guido Fuentes se convirtió en noticia en toda América Latina por la aparente paradoja de ser el fundador de una agencia de modelos en plena Villa 31, con cobertura de canales como CNN. El contraste era ineludible: ¿cómo una modelo iba a salir de un asentamiento, cómo iba a encajar en el mundo de la moda? Hoy, un documental sobre Fuentes y su agencia, el debut cinematográfico de la directora Julieta Sans, se convierte en una de las películas más significativas estrenadas en el último BAFICI. Sans se acercó primero como fotógrafa, para seguir a Fuentes y a sus chicas.


"Me pareció muy interesante no solo porque hacía algo muy llamativo, sino también por cómo hablaba de su proyecto. Había mucho orgullo, mucho empoderamiento. Estaba seguro de que tenía el derecho de mostrar su trabajo", asegura Sans. Guido agrega: "Le atrajo el contraste de un barrio humilde. Ese fue el contraste y el atractivo. Vino varias veces para seguir el trabajo que yo hacía, vino y me propuso hacer el documental". El vínculo entre ambos no fue fácil, por momentos: "Tomó un tiempo conocernos y encontrar la manera de trabajar juntos. Guido tenía que entender mi manera de hacer las cosas y ver si aceptaba eso o no. Queríamos hacer algo más profundo. Hubo mucho afecto y cercanía como también muchos encontronazos. Los dos queríamos que salga bien, pero no fue siempre sereno", admite Sans. Pero, en el proceso, la directora logró una comprensión singular del micromundo que representan la Villa 31 y la 31 bis, que tiene más de 70% de extranjeros, con sus reglas y su geografía cambiante, una zona altamente compleja y sensible que creció exponencialmente en los últimos cinco años con más de 50 mil habitantes según cálculos oficiales. En este micromundo, una agencia de modelos puede existir perfectamente. Hoy, Guido Models cuenta con 18 chicas y sus primeros modelos masculinos. Guido planea derribar algunas paredes de su casa en el barrio Güemes para ampliarla y así poder comenzar a dar clases de teatro. Rentar piezas es uno de sus principales ingresos. "No podría hacer la agencia de otra forma", apunta.


No hay voz en off en el documental, no hay un narrador. Esa decisión a simple vista estética es una suerte, en cierto punto; por consecuencia, no hay moralina, Sans no se compadece ni muestra a Fuentes y a sus chicas como víctimas. "Me salió naturalmente. Soy de no juzgar a nadie. Guido quiere algo, va y lo hace; no le importa nada. Despliega su deseo de ser algo en la vida. Eso me interesa. Ni lo pongo en un lugar de debilidad. No le hubiese sacado una sola foto si me hubiese parecido un pobrecito, no me acercaría si fuese así", afirma la directora. Así, "Guido Models", entre pasillos de villa y paredes sin revoque, ni siquiera denuncia una realidad social, sino que muestra una odisea.


“Si Guido quiere algo, va y lo hace; no le importa nada. Despliega su deseo de ser algo en la vida.”

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Eduardo Verón

Hace una hora

Soy de no juzgar a nadie. Guido quiere algo, va y lo hace; no le importa nada.


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Hace una hora

Soy de no juzgar a nadie. Guido quiere algo, va y lo hace; no le importa nada.