Así es como históricamente su curso fue recibiendo numerosos desechos industriales, especialmente de las curtiembres. Actualmente, se estiman más de 20.000 industrias y de servicios establecidas en el territorio de la Cuenca. A raíz de los años y años de contaminación y deterioro ambiental se ha transformando en un “cuerpo de agua no apto para usos compatibles con la actividad humana sostenible desde el punto de vista ambiental” (PISA;2009). Es una situación grave si pensamos en las 8 millones de personas que habitan a sus alrededores.

Camino a la recuperación

Debido a los problemas de salud que esta situación fue produciendo, del deterioro no solo del agua sino también del aire y el suelo, se realizaron sucesivos intentos con distintas gestiones políticas a lo largo de la historia que fallaron hasta que, en noviembre de 2007, el Congreso Nacional sancionó la Ley Nacional Nº 26.168 que creó la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR). Ente de derecho público interjurisdiccional dentro de la órbita de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. La ACUMAR comenzó un proceso de recuperación desarrollando distintas líneas de acción que articulan políticas públicas comunes y coordina los esfuerzos interinstitucionales para el desarrollo del PISA. La situación de deterioro de la cuenca, sumada a los 30 años de neoliberalismo que imperaron en nuestro país, hizo que el vivir en las inmediaciones del Río se volviera un problema sanitario. Como consecuencia comenzaron a formarse distintas organizaciones sociales que comenzaron a trabajan la temática en materia de salud, cuidado ambiental, contaminación, generación de residuos, separación en origen.