Celulares: al sustituir importaciones, el fisco recaudó menos

Según la ministra de Industria, Débora Giorgi, el polo tecnológico de Tierra del Fuego dio lugar, entre otros beneficios, al "despegue de la industria electrónica" en la isla y a la "sustitución de importaciones millonarias".

Más allá del debate sobre el valor agregado local de los aparatos, la sustitución de importaciones puede ser, en realidad, sólo un cambio en su composición, lo que, además de tener un impacto nulo en la balanza comercial (que el Gobierno pretende sostener con una batería de controversiales medidas), tiene un efecto adverso sobre las cuentas fiscales.

Eso es lo que ocurre, según la consultora Investigaciones Económicas Sectoriales (IES), en el sector de teléfonos celulares, aparatos que hoy se importan principalmente en partes para luego ser ensamblados en Tierra del Fuego. El número de componentes en los que debe estar dividido cada teléfono para que se lo considere producido en la isla está determinado por el Gobierno, explicaron en el sector.

Según IES, en 2011 las importaciones en el sector de teléfonos celulares sumaron US$ 1837 millones, es decir, 13,5% más que en 2010.

Este crecimiento se dio pese a que, en el último año, los teléfonos terminados representaron sólo el 23% de las importaciones, mientras que el 77% restante correspondió a partes y piezas para el ensamblaje de los equipos. En 2008, los teléfonos terminados eran más del 86% de las importaciones, y las piezas (sobre todo, repuestos), el 14% restante. "Los componentes que se importan cuestan prácticamente lo mismo que si se tratase de teléfonos terminados", dijo Alejandro Ovando, director de IES. "En términos de balanza comercial, el cambio en la composición de las importaciones no afectó nada."