La FADU es una parte muy importante de nuestras vidas. Hemos asumido esto con enorme vocación y esfuerzo. Creemos en la Educación Pública y la Universidad Pública y desde hace mucho nos hemos comprometido con ello. Por eso no somos indiferentes ni nos da lo mismo. Los problemas de la Facultad son nuestros problemas, porque somos nosotros quienes los sufrimos.

La autonomía y el cogobierno nos abren la oportunidad y el desafío de ser gestores de nuestra propia institución. No ocuparse de la cosa pública tiene consecuencias y deja poco margen para la queja. Debemos volver a ser protagonistas en las decisiones de nuestra casa, involucrarnos fuertemente con la democracia y el cogobierno de la Facultad.Para ello es necesario una construcción colectiva que supere los individualismos, los prejuicios y el “sálvese quien pueda y como pueda”.

La situación de la Facultad es crítica después de tres años de desencuentros: La FADU está paralizada, sin diálogo y sin rumbo. Seria tedioso enumerar y repasar todos los hechos. Uds. los conocen, los viven y padecen sus consecuencias. Cada uno sabe que esta no es la Facultad que nos merecemos.

En fin, en un mundo donde el conocimiento se multiplica exponencialmente, muchos caminos se han desandado y demasiados años se han perdido

Debemos aprender de los errores.

De esta grave situación no salimos con un nombre salvador o con un solo grupo. Salimos con ideas, con dialogo, con respeto mutuo. Incluyendo y no excluyendo, apostando a los acuerdos y respetando las diferencias, preguntándonos que podemos hacer por la institución y no lo que puede hacer ella por nosotros.

Hay que cuidar de nuestra gente: profesores, investigadores, docentes, estudiantes, personal administrativo; ellos son, en definitiva, lo mejor que tenemos.

Es imprescindible construir una plataforma, un programa, con la participación de todos, que nos permita de una vez y para siempre sentar bases y acuerdos para una Facultad que privilegie la generación de conocimientos y la cultura del esfuerzo y el trabajo.

Debemos redefinir una visión estratégica para la FADU, construir un verdadero Plan Estratégico Consensuado como “política de estado”. Pero, para ello es necesario saber si sigue existiendo una mayoría que crea en la FADU como proyecto. Esto sigue estando en el fondo de nuestras diferencias con el actual oficialismo. Esto es lo que votaremos a fin de este año, aunque pocos de ellos, desde lo “políticamente correcto”, quieran admitirlo.

La FADU necesita relegitimarse y relanzarse. El país demanda una Universidad comprometida con el pensar, el hacer y el obrar éticamente. Necesitamos carreras estratégicas, diseñadores innovadores, valor agregado en nuestros productos, abrir nuevos mercados, respuestas inteligentes y sustentables para nuestro déficit habitacional, urbano y su entorno cultural.

Una Facultad como la nuestra, es sólo posible dentro de un marco de desarrollo económico y social para todos, sin exclusiones. Un modelo con Estado, Instituciones, Empresas, compromiso social y participación ciudadana.

Debemos repensar nuestras disciplinas, la investigación y la extensión; salir, abrirnos, enfrentar los acuciantes problemas, abrevar del afuera, apostar por una Argentina del trabajo, equitativa y solidaria. Necesitamos PROFESIONALES, con mayúsculas, que cuestionen, imaginen y transformen la realidad, desde sus incumbencias actuales y las que nos atrevamos a conseguir.

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