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INICIOS: 1850 - 1898

Representa un caso excepcional dentro de la industria vitivinícola argentina iniciada en 1898 continúa hoy en manos de la familia fundadora. Más de 115 años de tradición ofreciendo la misma calidad de siempre, labrando una historia desde el trabajo y el amor al detalle.

Su fundador José López Rivas llegó en 1886 proveniente del pueblo de Algarrobo en Málaga, España, donde cultivaba junto a su familia predios con viñas y olivos. Decidió instalar sus viñedos en el país y escapar así de una devastadora plaga, la filoxera, que afectaba a las vides en Europa.

En 1898 se arraigó definitivamente en Mendoza, y el peso de la tradición vitivinícola familiar no tardó en aflorar. En el mes de Marzo comenzó la elaboración de sus propios vinos de las mejores zonas de la provincia, producidos hasta la actualidad con cepas propias y un principio que se mantiene desde entonces: controlar todos los pasos de la elaboración, cuidando y supervisando cada detalle.

Estos primeros vinos fueron comercializados en cascos de roble cuyas marcas tuvieron gran aceptación debido a su gran calidad. La primera fue “El Vasquito” que continuó hasta 1995. Pronto la demanda superó a la producción, y ante la necesidad de aumentarla, José López Rivas compró terrenos en el Distrito de General Gutiérrez, departamento de Maipú, donde se construyó la actual Bodega.

En aquel año (1898), el 19 de Septiembre, nacía José Federico López, hijo único de José López Rivas, continuador directo del espíritu y acción paternos, quien guiaría los destinos de la futura empresa familiar.

PRIMEROS AÑOS: 1898-1928

Mendoza era hacia 1907 la provincia más rica e importante del grupo andino. El departamento de Maipú era el principal distrito vinícola y lugar donde José López Rivas y sus hermanos, desde fines del siglo XIX, habían iniciado sus actividades.

Respecto a la actuación de José López Rivas, afirmaba que su atención y cuidado constante le permitían obtener vinos calificados como “…la más alta expresión del tipo francés”. Por este camino, complejo pero genuino, se estaba forjando un estilo -el estilo López- con dedicación y por sobretodo con innegable convicción.

En los años siguientes, los objetivos de la Bodega se dirigieron a incrementar la disponibilidad de vinos, debido a la gran aceptación que habían tenido por su calidad los primeros comercializados en cascos y barriles.

Para responder a la creciente demanda, progresivamente se fueron ampliando las superficies de viñedos, y adquiriendo fincas en zonas con clima y composición mineralógica ideales para el cultivo de la vid.

A finales de la década de 1910, comenzó a colaborar en la empresa el hijo del Fundador, José Federico López, realizando todas y cada una de las actividades de la Bodega.

Su incorporación efectiva a la Bodega se produjo en 1922 y significó un impulso decisivo para el crecimiento que experimentó la empresa en décadas posteriores.

Con esta nueva conformación, la Bodega acompañará el incremento de las superficies de viñedos, con un constante aumento de su capacidad de añejamiento en toneles de roble francés.

DESARROLLO: 1928-1958

Años más tarde se produce el alejamiento de Rafael, hermano de José y la firma original es sustituída por “José López e hijo”, un cambio que contribuía a dimensionar mejor la figura del fundador. Ahora fortalecido por la presencia de su hijo, se presentaba una excelente oportunidad para consolidar el camino recorrido y por sobretodo sentar las bases para la creación de un estilo de vinos que comenzaba a ser cada vez más reconocido.

En 1927 se lanza al mercado la marca de su primer vino fino en botella de vidrio:“Prestigio de Cuyo”, que acompañó durante algunas décadas a la entonces única marca de la Bodega “El Vasquito”, aparición impulsada por José Federico López y que preanunciaba la especial atención que la Bodega dedicará mas tarde a la elaboración y promoción de sus vinos finos.

Para obtener variedades finas, además de incorporar cepajes de calidad eran necesarias las mejores tierras. Por ello, se fueron ampliando las superficies de viñedos para cultivar los nuevos cepajes en zonas de condiciones ecológicas óptimas para la vid, como Cruz de Piedra en Maipú y Agrelo en Luján de Cuyo.

En los años '30 se plantaron distintas variedades de olivos para producir aceitunas, con la intención de lograr una máxima calidad en aceite de oliva extra virgen.

A fines de la década de 1930 comienza el envío de sus vinos al exterior, se realizan las gestiones para registrar las marcas de sus vinos finos “Prestigio de Cuyo”, “Huetel” y “Rincón Famoso”.

En 1934, la Bodega presenta a uno de sus grandes clásicos: “Chateau Vieux”, un vino de corte con base Cabernet Sauvignon y un blanco con una conjunción de variedades Chardonnay y Pinot Blanco. El delicado diseño de la tipografía que identifica desde entonces la marca fue realizado por el propio Don José Federico López.

En 1938 aparece el vino “Rincón Famoso”, vino tinto y vino blanco de corte, con cepajes en armonioso equilibrio, convertidos hoy en clásicos del consumidor argentino.

En octubre de 1948 Don José López Rivas falleció, su espíritu y normas éticas siguieron vigentes en la acción de su hijo quien continuó el camino con idéntica pasión y convencimiento.

Progresivamente se incorporaron sus hijos José Federico y Carlos Alberto, con quienes compartirá una prolongada labor de más de cuarenta años al frente de la empresa.

1958 a la actualidad

Entre 1949 y 1959, la firma cambió la razón “José López e Hijo” por “Bodegas y Viñedos López S.A.” En esa época aparece el “Jerez FL”, una suerte de homenaje a aquellos vinos andaluces.

Los montos crecientes de ventas respecto a años anteriores evidenciaban la excelente acogida que tuvieron los vinos finos en la demanda general y demostraron que la tarea de guarda y añejamiento de vinos iniciada en 1928, había comenzado a rendir sus frutos. Se evidencia tambien un progresivo aumento de exportaciones a países limítrofes y a Centroamérica.

José Federico López con la ayuda de sus hijos condujo un programa de inversiones destinado a ampliar la capacidad de las plantas de almacenaje y embotellado de vinos y también de la fábrica de aceite de oliva. Para ello renovó la maquinaria instalada importando tecnología europea, y optimizando de este modo su funcionamiento, a fin de satisfacer la creciente demanda.

PROYECTOS

La Bodega lanza nuevas marcas en vinos de mesa y reserva: “Vasco Viejo” en 1950, “Montchenot” en 1966: el tercer gran clásico de la Bodega y “Selección López” en 1973, vino que hoy se denomina “Malbec López”.

El mismo espíritu emprendedor y la dedicación que tuvo la Bodega para con sus vinos, es el que la hizo incursionar en 1970 en la elaboración de champagne: fueron presentadas al público sus marcas “Montchenot” (Nature) y “Mont Reims” (Brut).

En la década del '70 la Bodega incrementó en un 200% sus exportaciones. En ello incidieron los sucesivos recambios tecnológicos, y el aumento de la capacidad de almacenamiento de vinos finos. Pero el aspecto clave de este decenio fue la reafirmación de tres elementos interdependientes y fundamentales en la vida comercial de la empresa, y que hablan de su constante vocación de excelencia: calidad, marca e imagen.

En el 80 Aniversario de su Fundación, la empresa obtuvo un contundente reconocimiento a la calidad de sus productos , en el Primer Concurso Nacional de Vinos realizado en la UVEXPO Mendoza de 1971, el jurado internacional otorgó 16 premios a los vinos López, en todas sus marcas y categorías.

Durante los años siguientes se continuó con un programa integral de reequipamiento y modernización de todos sus sectores e instalaciones, tanto en Mendoza como en Buenos Aires.

Culminando los '80 se produce la incorporación de la cuarta generación familiar: Carlos Alberto y Eduardo López Laurenz.

El 28 de marzo de 1994, a los 95 años, fallece en Bs. As. Don José Federico López. Su credo puede encontrarse en todas y cada una de las Memorias de su empresa. Esos escritos servirán de ejemplo de amor a la tierra que cobijó a sus padres y a todos sus descendientes.

“Trabajo, es la labor útil, es el esfuerzo que realiza desde el más humilde que emplea sus manos, hasta el hombre de ciencia, que desgasta su cerebro y sus noches buscando el progreso de la humanidad. Sin trabajo no se engendra riqueza. Con el trabajo y el estímulo al ahorro, el que debe ser con austeridad y moneda sana, es que se construye la riqueza y felicidad de un pueblo. Como argentinos y como productores, tenemos una meta y es el firme propósito de crear una imagen de calidad argentina. Para ello, no escatimaremos esfuerzos, porque consideramos que hay satisfacciones más trascendentales que el lucro. Por ello, continuaremos con fe incansable en no conformarnos nunca con la calidad obtenida. Siempre trataremos de elaborar, dentro de nuestra capacidad, lo mejor”. (J.F.L. 1975)

En 1994 con el fallecimiento de Don Federico López a los 95 años de edad, lo sucede en la conducción su hijo Carlos Alberto en la Presidencia y su hermana Marta en la Vicepresidencia. El Sr. Carlos Alberto López además de la presidencia, tiene a cargo las funciones de la Gerencia General, siendo el responsable directo de todas las áreas de la Bodega, Administración Central y Exportaciones.

Un verdadero símbolo del entusiasmo y empuje con que llagaba la empresa a su primer centenario en 1998, fue el lanzamiento de un vino conmemorativo excepcional, “Montchenot cosecha 1975” en homenaje a los 100 años de esfuerzo de la Bodega. Luego se sumaron, como continuidad del “Montchenot” tradicional, dos nuevas creaciones especialmente elegidas de la reserva particular de la Bodega: “Montchenot Gran Reserva 15 y 20 Años”.

Estos clásicos, de partida limitada, son el resultado de la crianza y añejamiento durante largos años en vasijas de roble francés de más de 5000 litros de capacidad, donde el vino evoluciona favorablemente adquiriendo una notable complejidad de sabores y aromas. Luego de este tiempo, es añejado en su botella durante 5 años más para el “Montchenot Gran Reserva 15 Años” y 10 para “Montchenot Gran Reserva 20 Años”.

Con la capacidad de proyectar hacia el futuro los valores heredados, superándose siempre, la Bodega lanza su línea de varietales “Casona López” en el año 2000 y “Xero” en 2003, inaugurando en la empresa un nuevo segmento de vinos. La sabia combinación de historia e innovación, les otorgó a estos varietales una personalidad única y definida.