EL PRIMER FERROCARRIL
Los ferrocarriles en nuestro país se concretaron pocos años después de la batalla de Caseros, en la llamada época de pacificación nacional. En un país de vastos territorios, cuyos centros de producción y población se encontraban aislados por enormes extensiones desérticas, el ferrocarril podría significar la solución a profundos problemas sociales y económicos.
En 1855 se formaron seis compañías ferroviarias británicas que funcionarían en la República Argentina según acuerdos con el gobierno nacional. Después de varias gestiones, se efectúa el viaje inaugural del primer servicio en nuestro país, el 29 de agosto de 1857 desde la pequeña estación cabecera "Plaza del Parque", antiguo basural conocido como "El hueco del zumbido", donde hoy se encuentra Plaza Lavalle, en Capital Federal con un recorrido de 9,8 km. hasta la estación terminal "La Floresta".

La locomotora era "La Porteña" y en su comando se hallaba el Ingeniero Jonn Allan, quien había sido contratado por la S.A. del Camino del Hierro al Oeste, para participar en la edificación de la primera línea férrea. Esta compañía, constituida por argentinos y capitales argentinos, era la adjudicataria de la concesión otorgada por decreto del 12 de enero de 1854, por el que se autorizaba la construcción de un ferrocarril de 24 varas.

El transporte era utilizado solamente para pasajeros en las primeras épocas, cuando las distancias era recorridas por mensajerías y carretas que tardaban mucho tiempo, que luego gracias al ferrocarril, fue profundamente reducido.


Rancho Grande. Primera casa edificada en Olavarría

El ferrocarril comienza a extenderse por toda la provincia de Buenos Aires y el resto del país, atendiendo no sólo el transporte de pasajeros, sino también el de productos diversos (especialmente los derivados de la minería). El transporte de cargas fue más acelerado que las primitivas carretas.

El ferrocarril había dejado de ser un proyecto para convertirse en realidad.


Recuerdos. Boleto del viaje inaugural Olavarría-Temperley