Residuos Tecnológicos

Existe un tratamiento espécifico
para que la basura altamente contaminante
no genere un mayor daño al mundo.

En la actualidad el avance tecnológico ha permitido el desarrollo de un gran número de componentes y dispositivos tecnológicos, que asociados con la disminución de sus costos de producción y de venta ha permitido una mayor adquisición de los mismos por parte del público que además está motivado por el marketing y la gran cantidad de funciones que estos han adquirido. Cada año se incorporan más equipos y tecnologías. Todos estos factores incentivan a renovar, comprar y desechar productos más rápidamente, tal es el ejemplo de los teléfonos celulares que son desechados por cientos de miles cada año y depositados en cielo abierto o los monitores de PC, también componentes y accesorios de computadoras como impresoras, y baterías de dispositivos electrónicos y de comunicaciones.

Los residuos tecnologicos entrañan un grave peligro para el medio ambiente y la salud debido a que los elementos que se contiene químicos persistentes y metales pesados. Cada año se generan entre 20 y 50 millones de toneladas de residuos de este tipo alrededor del mundo. El problema de la basura electrónica (e-waste): Más del 5 % de toda la basura sólida es electrónica, lo que equivale a casi la misma cantidad de basura que se genera por plásticos utilizados en el embalaje, aunque mucho más peligrosa. Este problema no es exclusivo de los países desarrollados: Asia desecha aproximadamente 12 millones de toneladas de productos electrónicos cada año. En los próximos cinco años, se estima que los países en desarrollo triplicaran su producción de este tipo de desechos.

¿Dónde termina la basura electrónica?:

Mucha mercancía electrónica vieja se guarda en los almacenes en espera de ser rehusada, reciclada o confinada. La Agencia para la Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) calcula que 75 por ciento de las computadoras que se vendieron en ese país terminan almacenadas en cocheras y armarios cuando dejan de ser útiles. Cuando finalmente se tiran, se van a confinamientos, incineradores o enviadas a otros países. En muchos países europeos se han desarrollado leyes para evitar que los desechos electrónicos sean vertidos en confinamientos debido a su contenido peligroso. Aunque el reuso podría ser una vía para incrementar la vida útil del producto, desafortunadamente muchos productos viejos son exportados a los países en desarrollo con el argumento de que se destinarán al reuso y pronto se vuelven obsoletos, aumentando la carga de basura electrónica de estos países, donde es muy poco probable que existan instalaciones y regulaciones legales para ocuparse de este tipo de residuos peligrosos. .

Comercializando la basura electrónica (e-waste): En los años 90, los gobiernos de la Unión Europea, Japón y algunos estados de EUA fijaron mecanismos de reciclaje; pese a esto, estos y otros países no tienen la capacidad de enfrentar la abrupta cantidad de basura electrónica y su naturaleza peligrosa. Por lo tanto, comenzaron a exportar el problema a los países en desarrollo donde las leyes de protección al trabajador y al ambiente son inadecuadas, insuficientes o no se aplican. Es más barato reciclar basura en los países en desarrollo ya que sus costosson menores. Por ejemplo: el reciclaje de vidrio a vidrio de monitores de computadora en EUA es de $0.50 dólares por kilo, comparado con $0.05 en China. La demanda en Asia para la basura electrónica comenzó a crecer cuando en los tiraderos de chatarra encontraron que podían extraer sustancias de valor durante el proceso de reciclaje tales como: cobre, hierro, silicio, níquel y oro. Un teléfono móvil, por ejemplo, es 19 % y 8 por ciento de hierro. Normativas y regulaciones sobre la basura electrónica (e-waste): Existen normativas para el tratamiento de los residuos tecnológicos como la resolución de la Unión Europea (WEEE)de Enero del 2003, la Convención de Basilea sobre el Control de Movimiento Transfronterizo de Residuos Peligrosos y su Disposición, que entró en vigor en 1992, y la Enmienda de la Prohibición de Basilea, adoptada en 1995, que prohíben todas las exportaciones de residuos peligrosos de países desarrollados a países en desarrollo miembros de la Convención. Más de 160 países son firmantes de la convención que regula el movimiento de desperdicios en todas sus formas.
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Los contenidos publicados en estas páginas son en el marco de un trabajo práctico realizado por alumnos de la Universidad de Buenos Aires. Los textos, logotipos, fotografías, tipografías, etc., pueden no ser de su autoría y sólo son utilizados a los fines prácticos del ejercicio.

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