Cachorra: Seudónimo que utilizaba Isidoro para llamar a su enamorada. Es un término utilizado, para conquistar a la persona, ya que, de una manera informal y seductora intenta halagarla y seducirla.

El personaje de Isidoro era un playboy, solteron empedernido. Era un fiel representante del típico "chanta porteño", y recreaba el prototipo del hombre de la noche. Hacía gala de un cinismo casi inocente, muy identificado a su clase. Su vida era parecida a una letra de tango: mujeres, flores y champagne. El lenguaje que ultilizaba era el reflejo de cómo se hablaba en la calle y en las altas esferas. Una de las razones del éxito del personaje se debía a que tenía una gran cuota de verosimilitud y realismo. A diferencia de los otros héroes de historieta, Isidoro tenía una vida como la de muchos de los lectores. El semiólogo Oscar Steimberg opina sobre Isidoro, que "tenía el optimismo del pequeño triunfador cotidiano, a quien le importa lo que pasa hoy y no mañana"

¡Ahijuna!: Interjección que apocopa ¡Ah, hijo de una ...! sobreentendiéndose el insulto a la madre.
La elisión de la /d/ y la desaparición del hiato son típicas del habla del interior de la Argentina.
Amalaya: Del quechua, "quiera Dios" o "así sea". Patoruzú, la usa para denotar sorpresa.
Canejo:Lunfardo, deformación eufemística de "carajo".

El personaje de Patoruzú, es el de hombre serio y de principios honestos, encarnaba todas las virtudes humanas. Pero por momentos, esto se reinvierte cuando se ve forzado a apelar a su condición de salvaje dejando que se le despierte el indio. Esta duplicidad enriquece la trama de la historieta sin necesidad de apelar a cambios de vestuario, como en el caso de Superman. Patoruzú se encarna siempre en una misma imagen donde conviven el indio iracundo con un modelo civilizado de un hombre decente y generoso. Su lenguaje es uno de sus rasgos más distintivos. No es, sin embargo, particularmente realista, toma sus términos indistintamente del norte, el oeste y el sur del país, y en algunos casos hasta del lunfardo traído a Buenos Aires por los inmigrantes.

"¿Cuando nos vamos de vacaciones?" Esta frase describe perfectamente, la personalidad de Clemente. Un ser con un espíritu lúdico, con ansias de divertirse todo el tiempo, y sacar provecho de las situaciones, con el el objetivo de obtener solo diversion.

El personaje de Clemente, es un ser, de especie ignota, sin alas ni brazos y cubierto de rayas verticales que le rodean el cuerpo.
Clemente es un personaje que ha sufrido una evolución psicológica a lo largo de su historia, partiendo de la inconciencia similar a la de un pájaro de las primeras historietas, pasando por un estadio infantil, hasta llegar a la personalidad actual del personaje, el cual encarna muchos de los tópicos del llamado "porteño chanta".
Clemente es un personaje sumamente crítico de la realidad socio-económica, amante de las mujeres y el fútbol, que representa las características del hombre argentino.
Su personaje se hizo inmortal por la palabra, por el austero lenguaje criollo que lo sostiene y que es también el lenguaje del verdadero personaje: Caloi.

"¿Por dónde hay que empujar este país para llevarlo adelante?"
"¿Uno lleva la vida por delante o la vida se lleva por delante a uno?"
Ambas frases, intentan, de una manera sútil, llamar a la reflexión. Mafalda, con sus inquietudes, y sus preguntas de caracter filosófico, nos hacen ver la realidad, que muchas veces con las ocupaciones y tareas, muchos no vemos.

El personaje de Mafalda es el de una nena terrible, simpática y atrevida, que vive en la Argentina de mediados de los 60 y principios de los 70. Es nacida de una típica familia de Buenos Aires (porteña) de clase media.
Pero Mafalda no es una niña como otra cualquiera, tiene intereses que no se adaptan a su edad. Es humilde y comprometida con las etnias, le preocupa el mundo y no entiende como los adultos pueden llevarlo tan mal. Es una luchadora social incansable, emite manifiestos políticos desde su sillita sin ningún tapujo. Sus frases son famosas por la gracia de sus preguntas, la inocencia de su mundo y la altura de sus ideales. El escritor, Felix Luna, opina sobre ella "Mafalda sigue siendo, en la memoria colectiva de los argentinos, la chica preguntona, cuestionadora, irreverente e inesperada, que planteó en su momento tantos interrogantes molestos a la sociedad argentina".

"para completar otra peculariedad que hace de uno un completo encantador, unos cuantos billetitos en la cartera"
El personaje de Diógenes es el de un perro de raza indeterminada y en el suele recaer la responsabilidad del remate cómico en cada tira, a través de las conclusiones cargadas de ironía pero sin malicia a las que llega observando a su dueño. Por otro lado, el Linyera es un vagabundo que habita alguna plaza de una ciudad que puede ser Buenos Aires o Montevideo. Las situaciones que en Diógenes generan un pensamiento sardónico lo dejan siempre estupefacto y sin respuestas.
La dupla, se complementa perfectamente, y la pareja es indisociable, no puede imaginarse uno sin el otro, sus pensamientos, funcionan de la misma manera.