sensualidad del dos por cuatro
Desde sus comienzos arrabaleros cada esquina de cada barrio porteño contaba con sus muchachadas de jóvenes malevos que imponían sus modas como, el lenguaje y chambergo botines enterizos, sacos entallados ribeteados en blanco, cabello negro engominado.
Ellas respondían con sus propias versiones de vestidos para la ocasión, confeccionados en sedalina o percal, entallados o plisados, amplios o entallados, tajeados en uno o dos costados, casi siempre en negro con detalles en blanco o rojo, y un clavel como toque romántico.
Se fue acortando el largo de las polleras y agrandando los escotes, desnudando las espaldas para más comodidad, así se llegó a la época del "art deco" en los años veinte y treinta entre las dos guerras mundiales durante la cual el tango compitiendo con otras danzas de moda, fox-trot, charlestón, polcas y valses, se impuso como el ritmo preferido por ser la única danza de cuerpos unidos, en un abrazo.
Luego llegó la época de oro del tango, años cuarenta y cincuenta con la "moda Divito": cintura exageradamente entallada para hacer resaltar las caderas, tacos altos y peinados abundantes y juveniles.
Aunque la moda femenina dentro del ámbito tanguero mundial es bastante envidiable y respetable, aun puede mejorar con las ideas de la gente que lo ama y defiende.
Con el tiempo se fue acortando el largo de las polleras y agrandando los escotes, desnudando las espaldas para más comodidad.