Homenaje a la industria automotriz nacional




Una de las novedades más visitadas en la segunda temporada de Tecnópolis es la exposición de autos antiguos de fabricación nacional. La muestra, de 40 vehículos, abarca la historia automotriz argentina y se exhibe en el Predio Ferial del Continente Imaginación.

Durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón, el paso que inició la industrialización automotriz lo dio una fábrica de aviones: Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME). La entidad sacó a la calle el primer coche diseñado y fabricado íntegramente en la Argentina y, en 1952, estuvo a cargo de la producción del legendario Auto Justicialista en sus tres modelos: Sedan, Chatita y Rural. Posteriormente desarrollaron la moto Puma, el tractor Panda y el Rastrojero, el utilitario ícono del peronismo. “Para nosotros sería un sueño volver a tener un auto netamente argentino, que se diseñe, se produzca y se use en el país. Fuimos capaces, somos capaces”, asegura Gabriel Fermoselle, presidente del Club IAME, una agrupación de coleccionistas de automóviles fabricados en el país que —en el marco de los festejos por el Día de la Industria— exhibe 40 vehículos que recorren la historia automotriz nacional en el Predio Ferial del Continente Imaginación de Tecnópolis.

La muestra, de 40 vehículos, abarca la historia automotriz argentina y se exhibe en el Predio Ferial del Continente Imaginación.

Vacas flacas

“A partir de 1955, el estado empezó a achicarse y decayó la participación en la industria. Había un montón de técnicos y jóvenes ingenieros que fueron absorbidos por el sector privado, así se fue descontinuando la producción del tractor Pampa, los motos Puma y los autos”, explica Héctor Fermoselle, secretario del Club IAME.

Los rastrojeros dejaron de producirse durante la última dictadura. “José Alfredo Martínez de Hoz —por entonces ministro de Economía— mandaba invitaciones para un cóctel de la Comisión Liquidadora por el cierre definitivo de la fábrica: una exigencia de la Ford Motor Company, en épocas donde el 80 por ciento del mercado de utilitarios pertenecía a los rastrojeros”, agrega el secretario.

“Cuando Citroën tuvo que cerrar sus puertas, el ingeniero de la fábrica, Eduardo Salgari, siguió produciendo los autos con la misma mecánica, pero diseñados por él mismo. De ese modo, se realizó el IES 3CV y la camioneta Gringa. Después vino la peor época: llegó la hiperinflación y se fundió”, ilustra Adalberto Miguez, miembro del club y propietario de un Valiant 4 exhibido en la muestra.

Se viene el auto nacional y popular

El sueño del Club IAME está a punto de convertirse en realidad: el APA (Auto Popular Argentino) es un proyecto del arquitecto Miguel Ángel Bravo, que con el apoyo del Gobierno y con financiación de un Crédito del Bicentenario trabaja para fundar una empresa automotriz nacional. Además, Bravo diseñó el deportivo Nach One, el Buggy Boogie y el bautizado Buggy Tecnópolis, tres vehículos eléctricos hechos en la Argentina que también es posible ver en la megamuestra de ciencia, arte y tecnología.


twitter twitter