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¿De donde proviene el té?

Orígenes

Según la leyenda china, fue el emperador y erudito Shen Nung quien descubrió las propiedades beneficiosas del té. Una de sus sabias normas había sido la disposición de que, durante su reinado, toda el agua destinada para el consumo humano fuera previamente hervida.

Cuentan que un día, cuando Shen Nung estaba descansando junto a un árbol de té silvestre, una ligera brisa agitó las ramas, con tan buena fortuna, que algunas hojas fueron a caer en el agua que estaba hirviendo. La infusión resultante le pareció deliciosamente refrescante y reconstituyente y así fue como descubrió el té. La popularidad del té creció rápidamente en China. Los comerciantes de té se enriquecieron y los alfareros, plateros y herreros empezaron a fabricar elegantes artículos para tomarlo, que constituían un indicador de la riqueza y del nivel social de los propietarios.

Orígenes del Té en Japón

Los japoneses nunca aceptaron por completo la leyenda del descubrimiento del té por el emperador chino Shen Nung. Para ellos, los secretos del té fueron traídos desde la India a China por Bodhidharma, el fundador del budismo Zen.

Se dice que al llegar a Cantón, le ofrecieron a Bodhidarma una celda en un templo de las montañas. Él hizo votos de permanecer nueve años despierto y meditando ; sin embargo, años después el sueño lo rindió. Al despertar, disgustado por su debilidad, se arrancó los párpados y furioso, los arrojó al suelo. En el lugar donde habían caído, nació una planta, como testimonio tanto de la debilidad como del sacrificio de Bodhidharma. Por ello, los monjes Zen recomiendan masticar las hojas en forma de párpado de dicha planta, para mantenerse alertas durante la meditación.

Se cree que las primeras semillas para cultivo las llevó Dengyo Daishi, un monje que estuvo estudiando en China y que a su vuelta las plantó en las tierras del monasterio. Cinco años después, sirvió una infusión elaborada con té de sus primeras plantaciones al emperador Saga, a quien, al parecer, le gustó tanto, que ordenó que se cultivase té en cinco provincias cercanas a la capital.

La ceremonia del té en Japón

El consumo del té y las creencias budistas evolucionaron de manera paralela y los japoneses desarrollaron una ceremonia compleja y única. Hasta la fecha, la ceremonia japonesa del té, Cha-no-yu, implica un modelo definido de comportamiento diseñado para crear un silencioso interludio durante el cual el anfitrión y los huéspedes tratan de revitalizarse espiritualmente y alcanzar la armonía con el universo.

La ceremonia del té capta los elementos esenciales de la belleza artística y de la filosofía japonesa. Combina cuatro ideas básicas : la armonía con las personas y con la naturaleza, el respeto por los demás, la pureza de corazón y espíritu, así como la tranquilidad. La ceremonia, que puede durar hasta cuatro horas, suele celebrarse en casa, en una habitación especial destinada a tal efecto, o en lo que se conoce como una "casa del té".