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BARCOS
EDAD DEL VAPOR
En el siglo XIX la construcción naval comenzó a utilizar el hierro para el casco y el vapor para la propulsión, lo que constituyó una revolución en el ámbito marítimo.
El Clermont, pequeña nave de madera construida en los Estados Unidos por Robert Fulton, fue el primer barco propulsado por ruedas movidas mediante maquinaria a vapor. Prestó servicios efectivos a la navegación, remontando el río Hudson en 1807. Desde esa fecha los buques a vapor se multiplicaron. A las naves se les colocaron mástiles y velas además de ruedas en sus costados para darles más velocidad en sus travesías oceánicas.
En 1819 el Savannah, velero norteamericano con propulsión auxiliar de ruedas fue la primera nave a vapor en atravesar el Atlántico desde New York a Liverpool. En 1821 se construyó en Inglaterra el primer buque a vapor con casco de hierro el Aaron Manby que en 1822 efectuó su primera navegación desde Londres al Havre. Luego, en 1838, Brunel construyó el Great Western primer transatlántico de casco de hierro dando inicio a la verdadera era de la construcción naval de hierro. En 1845 entró en servicio el paquebote Great Britain, transatlántico de pasajeros de casco de hierro y hélice. A partir de entonces el progreso en la construcción naval no se ha detenido.
Durante la guerra de Crimea, en 1855, se probaron con éxito unas baterías flotantes acorazadas y en 1858 el ingeniero naval Dupuy de Lome construyó el primer buque acorazado, el Gloire, nave de madera, blindada. Poseía motor de vapor y aparejo de fragata.
En 1859 se construyó el primer acorazado, el británico Warrior y en 1866 la fragata acorazada española Numancia, fue la primera nave acorazada en dar la vuelta al mundo, al mando del almirante Casto Méndez Núñez.
En la década de 1860 desaparecieron los buques a vapor y vela, esto porque ya la maquinaria de propulsión se había perfeccionado suficientemente. En el siglo XX aparecieron los motores de combustión interna y a fines de ese mismo siglo la propulsión nuclear.
La marina mercante es factor fundamental en el desarrollo de los países. La actividad naviera genera una importante actividad económica que se refleja en sus puertos y en la economía.
La marina mercante, en los últimos tiempos, se ha desarrollado a la par que la marina de guerra. Desde 1873 se estableció una gran competencia por la velocidad de las naves con el propósito de acortar sus tiempos de navegación. Partiendo con 14,4 nudos en 1873, 23,36 nudos en 1900. Fue tanto la búsqueda de la velocidad que se estableció un trofeo para los campeones de velocidad en el mar, un gallardete azul que ganaron naves como el Mauritania en 1908 con 26 nudos y el Queen Mary en 1936 al conseguir 30,63 nudos.
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